Es aquella reparación económica que puede demandar uno de los cónyuges que no haya trabajado durante la vigencia del matrimonio, o lo haya hecho menos de lo que podía y quería, lo que deberá ser reparado por el otro cónyuge, teniendo en consideración factores como la edad, el daño previsional, las posibilidades de entrar al mercado laboral, entre otros.